viernes, 27 de abril de 2012

Believe.

Echo en falta cosas que algún día fueron causa de caras tristes y tontas sonrisas. Alguien empezó por ser todo en mi vida, y poco a poco fue convirtiéndose en mi puto mundo, y con el tiempo se ha ido alejando...Le echo mucho de menos, pero lo cierto es que no se como explicar que le quiero después de todo. Ha sido un completo idiota. He sido una niña boba. Hemos sido muchas cosas, entre ellas hemos sido dos ciegos tortolitos sin ningún lugar al que llegar. Está claro que nada ni nadie es perfecto... Hemos discutido, nos enfadamos, hemos reído hasta no poder más, hemos jugado a ser lo que no somos y hemos perdido muchas partidas. Pequeñas partidas, pero una gran guerra. Le he perdido a él, todos los recuerdos ya no tienen sentido, todas las cosas que el uno sabía del otro ya no existen, todos los secretos han sido olvidados, todos los juegos han sido rechazados, todas las noches se han vuelto días largos. Cada sonrisa ya no tiene motivo y la preocupación ya no sabe si preocuparse o no. Aun que me empeñase en pasar de todo no sería capaz, porque pase lo que pase, para mi sigue siendo mi hermano. Sigo preocupandome, sigo queriendole, sigo llorandole y cada vez le extraño más. Ojalá todo fuese como antes o al menos las risas, sonrisas, alegrías. Ojalá no dudase ni un segundo en quererme como le quiero yo. Y ya que estamos deseando, por pedir que no sea...ojalá pudiese recuperar todo lo que perdimos. La confianza, los secretos compartidos, las horas sin parar de hablar, la sinceridad... todo lo que hacía que un nosotros valiese la pena realmente, todo aquello que la gente busca. Yo lo había encontrado, pero el tiempo es jodido, y se lo lleva todo. Se lleva mi memoria y tal vez la suya... Y poco a poco vamos olvidando que nos quisimos, que lo pasamos bien, que nos echamos de menos... Hasta ser unos completos desconocidos, como si el tiempo nos la quisiera jugar.


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